domingo, 23 de diciembre de 2012






ESAS SENSACIONES


Descubrir esas sensaciones mágicas, fuente de inspiración, donde la esencia se une con el ser.

 Se puede escuchar un canto mágico, elevándose en el ambiente decorado en mil aromas.

 Danzando con movimientos seguros como flotando en la superficie, mientras el frescor de la hierva

fresca les moja los píes  con el rocío de la mañana, aparece la extraña pareja.



-¿Qué maravilloso lugar , pero, porqué sólo lo podía contemplar ella, con sus ojos transparentes

reflejando la inmensidad del horizonte?.


 No era la primera vez que llegaba a la altura del arroyo en la espesura del bosque y descubría a estos

seres amándose con una delicadeza exquisita.

 Surgían implacables lejos del mundanal ruido, extasiados en los pliegues de su piel.

Felicidad inmensa, susurros en la noche, bocas que se buscan entreabiertas deseosas de amor.

¿Quienes serían? y que hacían allí día tras día...


De pronto cerré los ojos, sin saber porque las sensaciones se hicieron reales, y allí estaba frente a mí,

susurrándome al oído , respirando suave junto a mí. Su mirada se hacía intensa, ojos rasgados

insinuantes y poderosos, respirábamos conjuntamente.

El latido de su corazón se volvía desacompasado, en su pecho varonil, una cadenita con una estrella

brillaba con los reflejos ambarinos. Sus dedos acariciaban y perfilaban mis labios una y otra vez.

Mi boca entreabierta  con ojos cerrados repetía su nombre una y otra vez, mientras que una lágrima

deslizaba por mis ojos hasta mis mejillas, una sonrisa podía sentir dibujando mis labios.

.Anochecía y el frío empezaba a ser intenso, se sentía el movimiento de las hojas rebeldes e

inquietas, quizá era el momento de salir de allí, correr y no volver la vista.

Daba la sensación que flotaba, ¿qué tenía ese lugar que inquietaba y atrapaba con ese magnetismo?

Por más que aceleraba el paso, mis pies menos respondían,¿quien sería ese ser enigmático y poderoso

que vivía en ese lugar?

 Un calor y un dulce reflejo hizo que abriese los ojos de pronto. Poco a poco acostumbrando los ojos

a la luz, intente incorporarme suavemente recordando dulcemente el sueño de la noche.

Sabía que había sido un sueño, un sueño del que aún conservo el aroma de la hierva en mi piel y

una cadenita con una estrella ambarina .


c@ Merche Bernal